El cangrejo azul se llama así debido a sus pinzas de color zafiro tintado.
Su concha o caparazón es, en realidad, de un color marrón moteado, y las hembras maduras tienen reflejos rojos en las puntas de las pinzas.
Es muy apreciado por los humanos por su tierna y dulce carne, estos crustáceos de diez patas se encuentran entre las criaturas de más fuerte explotación en el planeta. Su nombre científico, Callinectes sapidus, significa “hermoso nadador salado”.
Los cangrejos azules se encuentran en las lagunas costeras salobres y estuarios de Nueva Escocia, a través del Golfo de México, y por el sur hasta Uruguay. Como sus parientes más cercanos, los camarones y la langosta, estos omnívoros que habitan el fondo se apresuran a usar sus pinzas delanteras afiladas. Los machos grandes pueden llegar a medir 9 pulgadas (23 centímetros) de ancho de caparazón.
Se alimentan de casi cualquier cosa que puedan conseguir, incluyendo mejillones, caracoles, peces, plantas, e incluso carroña y cangrejos azules más pequeñas. También son excelentes nadadores, con apéndices traseros adaptados en forma de paletas.
Los cangrejos azules son extremadamente sensibles a los cambios ambientales y de hábitat, y muchas poblaciones, especialmente en la Bahía de Chesapeake, en el este de Estados Unidos, han experimentado disminuciones graves. Los cangrejos azules también juegan un papel clave en la gestión de las poblaciones de los animales de los que se alimentan, y la constante sobreexplotación ha tenido efectos negativos de amplio alcance sobre los ecosistemas en los que habitan. Por esta razón, existen sistemas de gestión establecidos en varias partes de los lugares donde habita el cangrejo azul.